domingo, 23 de diciembre de 2012

Cambio de ruta (2a parte)

Tres días.
Pasaron tres días y mi teléfono no sonaba. Supuse que todo había sido una especie de sueño o que quizá, el papel se había perdido por el camino del autobús al párking de autobuses. Me pregunté donde dormían los autobuses y me imagine al autobusero buscando el papelito con mi número desesperado para poder llamarme y no encontrándolo.

Pasados los tres días recibí un whatsapp. Ahora ya no se lleva esto de las llamadas, se ve que no está de moda...ahora todo es tan fácil y poco arriesgado, en fin. Ese whatsapp de tres días después decía:
- Hola Marta, soy Javi. Espero que no estés perdida por Barcelona, y, si te apetece podemos ir a tomar algo.
El chiste de "perdida por Barcelona" no me hizo gracia, pero si que me gusto saber qui mi autobusero tenía un nombre. Quedamos para el viernes noche, cuando terminara su jornada. Me dijo que me pasaría a buscar.
Esa tarde estuve nerviosa, no sabía bien qué ponerme, opté por unos leggins negros y un jersei largo de color beige, botines marrones y un moño. Mona, pero discreta.

A las 20h Javi iba a estar bajo mi casa.
A las 20.03 yo bajaba, raramente, puntual.

Esperé nerviosa delante de mi puerta, hasta que un Ford Focus negro pitó un par de veces y justo entonces caí en la cuenta de que no iba a venir a buscarme en autobús.

- Que tonta, ¡pensaba que vendrías en autobús! - solté, pero no pareció hacerle gracia.

Bajó del coche.
"Ai, que bien, es alto" pensé, pues solo le había visto sentado en el asiento del conductor. Nos dimos dos besos y me invitó a subir al coche, buscamos aparcamiento por la zona y nos metimos en el primer bar guay que había.  Pedimos dos cervezas, las ocho y pico ya no es hora de cafés, así que toca alcoholizarse mínimamente. Nos tomamos una y otra, y otra. Me pareció un chico muy interesante. Pensé, "Marta, si es el hombre de tu vida, lo habrás conocido equivocándote de autobús". Pero no hay que pensar Marta, no hay que pensar, si quedas con un hombre lo que tienes que hacer es escucharle, porque a la media hora me di cuenta de que no sabía de qué coño me estaba hablando, porque solo imaginaba cosas, le miraba la sonrisa y los ojos y pensaba en lo atractivo que era. Pero ¿él que pensaría de mí? Cambié de estrategia, dejé de pensar y empecé a hablar, de tonterías, que si soy la relaciones públicas de mi empresa, que si el poco frío que hace en Barcelona en invierno, que si los recortes, que si vivo sola con mi gato...

Curiosamente, desde que comenté lo de que vivo sola con mi gato, al salir del bar no dejábamos de dar vueltas a mi manzana.
"¿Damos un paseo?" había comentado él, "Si, claro" había respondido yo, pero el paseo se basaba en vueltas redondas, viendo el mismo quiosco, la misma farmacia y el mismo videoclub.
Mientras caminábamos en bucle yo seguía hablando muy entusiasmada de todo aquello, pero, como soy mujer y se hacer dos cosas a la vez, mis palabras no tenían nada que ver con mis pensamientos que solo decían "da vueltas a la manzana porque quiere subir a casa, da vueltas a la manzana esperando una invitación, que sabe que vives sola con tu gato, invítale ya a subir ¡ya!...".

- Bueno, parece que te acabarás de conocer de memoria mi barrio eh.. - dije entre risas, un tanto estúpida.
Me miró, como preguntándose a qué venía eso.
Era rarito este autobusero, no acabábamos de andar en la misma onda pero cuando nos mirábamos nos enviábamos electroshoks, eso era indiscutible.

La cita ya pasaba de las tres horas, y tres horas es el límite que tiene que tener una primera cita, porque lo demás ya pasa a un análisis de cada palabra y/o gesto que hace el otro. Entonces había que hacer algo, y no iba a mandar al autobusero de vuelta a casa sin más. Si hubiera hecho eso, quizá me hubiera quedado con la espina clavada y me hubiera pasado el resto del año cogiendo todos los autobuses 59 y 32 en su búsqueda fallida.

No.

Así que elegí la opción dos, y, aunque no siempre soy capaz de usarla, ese día me di cuenta que no tenía más remedio, me acerqué y le besé, me besó: ¡NOS BESAMOS! Y fue el beso más tierno de la historia. Tan tierno que no quise dar más vueltas a la manzana, ni ir en busca de más autobuses, quise quedarme allí disfrutando del shock completo de iones y electrones.

- ¿Así que vives con un gato? - Me preguntó casi susurrando.
- Si. Ahora me dirás que eres alérgico a los gatos ¿no? - pregunté con una sonrisa.
- Que va, me encantan los gatos.

Así que quiso subir a conocer a Velcro, mi gatito. Y lo conoció, también conoció mi piso, mi sofá y mi cama. Y yo me alegré tanto de que aquél día hubiera cambiado mi ruta...


Antes solía ir a todas partes andando.
Ahora...me encanta viajar en autobús.

No solo por Javi, la verdad es que con un par de citas más me di cuenta que no acabábamos de encajar del todo, pero cada vez que subo a un autobús me acuerdo de esta historia y mi mente se va en mil y un pensamientos, mientras me equivoco de parada, mientras pienso: "nunca sabes cuando puede suceder algo especial."

Cambio de ruta. (1a parte)

18.03 David:  Marta, quedamos a las siete en casa - (Último whatsapp recibido)
Ya eran las siete y todavía seguía en casa corriendo de un lado para otro del pasillo intentando no dejarme nada. Había quedado con David y llegaba tarde. Salí escopeteada, con el pelo aún mojado, suelto, y con espuma, pero que iba dejando gotas encima de mi chaqueta verde. Normalmente hubiera girado a la derecha, andado dos calles, saludado a la divertida señora de la tienda de las frutas, torcido a la izquierda, seguido recto y, allí, en la parada, hubiera cogido el 14 para llegar en veinte minutos a casa de David.
 Pero la falta de tiempo me hizo torcer el recorrido torpemente, encontrar semáforos en rojo, esperar más de lo previsto y llegar a la parada a penas sin aire para ver, en la pantalla, que faltaban 18 minutos para el 14.
- Putos recortes de mierda, joder - pensé en voz alta. Un señor de pelo blanco y bastón me miró, seguramente pensó que era una mal hablada pero le sonreí dulcemente y él contesto apartándome la mirada. Bueno, tampoco tenía tiempo para quedar bien con nadie, volví a mirar la pantalla en un intento de que tu mente pueda hacer algo con una fuerza sobrehumana y que el tiempo cambie. Pero nada. Era incapaz de esperar, la pantalla anunciaba un 59 inminente. Yo necesitaba algo inminente, no me gusta estar parada cuando hay prisa. Así que cogí el 59 inminente sin saber si me serviría de algo, porque posiblemente tendría que hacer cambios estúpidos que aún me harían retrasarme más. Mientras subía los escalones del autobús miré el móvil
19.13 David:Donde estás?
19.14 Marta: Ya llego!
Acabé de subir, y, como siempre hago, saludé al "autobusero" (si el conductor, pero a mi me gusta llamarles autobuseros), cuando se cruzaron nuestros holas, no solo se cruzaron palabras, hubo una descarga energética de miradas. Acto seguido me giré de golpe y metí mi T10 en la máquina "pi pi, pi pi". Y me quedé allí, quieta, no quise entrar al fondo del autobús. "Que guapo es este autobusero", pensé, y me mantuve cerca todo el viaje, pero distante. Dejando que mis pensamientos brotaran creándome historias. Se me quitaron las ganas de ir a casa de David. Pero vuelta a la realidad, bajé del bus y no estaba tan alejada, no quise coger más buses, empecé a andar, pero ya sin prisas y a las ocho menos diez llegaba a casa de David, que ni si quiera se enfadó, porque lo que teníamos los dos era una pequeña historia de sexo, nada más serio, por mi parte y él sabía hasta donde entraban los derechos de enfado.
Salí de casa de David a eso de las 23,30, volvía a la mía y sentí que no volvería a verle, no me conformo con tonterías, son necesarias para una pero, cuando no te llenan lo suficiente, quizá hay que dejarlo ir.

Al cabo de una semana tuve que ir a una reunión de trabajo cerca de Horta, cuando salí no tenía muy claro como volver a casa. Me acerqué a una parada de autobús pero no era la que me habían indicado, allí no estaba el bus que necesitaba, que desastre. Vi que el 32 venía inminente, miré las paradas rápidamente y lo cogí. Soy de Barcelona y me desenvuelvo bastante bien, "ya conseguiré llegar de algún modo.", pensé.
Tal como subía las escaleras me quedaba atónita de ver quien volvía a conducir este autobús, que no era el mismo autobús de la semana anterior. Pero si era el mismo "autobusero".
Dos errores. Dos equivocaciones que me hacían volver a encontrarlo a él, en mi cambio de ruta.
Esta vez me saludó con un "hola, qué tal?" ¡Ya no era solo un hola! Y qué implica un "hola qué tal?" implica la necesidad de una respuesta, así que contesté alegre y dulce con un "muy bien y tu.?" y marqué mi targeta "pi pi, pi pi", pero me quedé allí, esta vez, a su lado. Y aproveché para preguntarle "mira, yo es que me he equivocado de bus, y pensaba bajarme aquí...pero quizá hay alguna parada que me deje más cerca de donde vivo que es aquí...? es que no soy de aquí..." Lo dije para dejar que se sintiera superior, protector, que podía ejercer una gran ayuda sobre una pobre niña perdida en la gran ciudad.
Me miró a los ojos, me sonrió y me respondió "La última..."

La última, no sabía si quizá era cierto o si realmente era una invitación a estar con él hasta al final. Pero claro, si me quedaba hasta el final como iba a volver a casa, ¿me llevaría en autobús?.

Pero estas cosas, que no pasan nunca, me hicieron quedarme allí hasta la última parada. La gente bajaba y yo me quedaba allí, plantada, como tonta.

- Por cierto - me dijo - ¿no eres de aquí? A mi me parecías muy desenvuelta la última vez, en el 59.
- Ah...-reí - pues no...- contesté torpe.
En el 59. Se acordaba de mi, se acordaba de mi, se acordaba de mi.

LLegamos al final del trayecto. Él empezó a sacar ticket en blanco, y yo dejé de lado mi parte tímida.

- Qué quieres, ¿mi número?
- Claro - contestó, con aquella voz grave que le hacía aún más sexy.

Y le escribí mi teléfono móvil, se lo di, y me fuí.
Ahora él tenía la pelota. Yo no podía hacer nada más, no creo que me equivocara una tercera vez de autobús.

martes, 20 de noviembre de 2012

Cor VS cervell.

Mai hagués imaginat que podia resultar tan summament interessant estudiar el "cos humà", mai. Ho faig a P5 perquè toca. No m'agrada fer les coses perquè toquen, preferiria que ho haguessin decidit els nens/es. Però encara hi ha escoles que no s'acaben de fiar del tot de deixar-ho en les seves mans. Possiblement, amb els meus alumnes, ara estaríem estudiant els robots o els coets i la NASA, però primer havia d'encabir aquest tema que estava programat. Vaig deixar que sorgís d'una conversa i d'alguna manera sembla que siguin ells els qui l'han creat del no res. Ells ho pensen i per mi això és suficient.
Hem estudiat i après moltes coses.
Però l'altre dia, l'altre dia va sortir, sense voler, una d'aquelles frases inesperades i insignificants de la boca d'un dels meus alumnes, que per mi va ser com una fletxa que es clavava en el seu arc dient "mireu quina diana acabo de fer".
Tot va començar quan en Marcos va comentar que en Martín feia coses bones perquè li deia el cor...
- No...- va dir en Joel, casi sense alçar la veu, una mica com si parlés per ell més que per ser escoltat- no li diu el cor, és el cervell...és el cervell que et diu com has de fer les coses...
Ningú li va fer gaire cas i ells seguien conversant. Jo me'l mirava. És un nen molt intel·ligent en Joel, estava obrint, sense saber-ho, un interrogant, el gran debat vital de si hem de fer cas al cor o al cap.
Pensar o deixar-nos portar.
Tenir en compte les conseqüències o tan sols les sensacions.
Allò que, quan creixem, ens seguim preguntant la resta dels nostres dies i mai no trobem cap solució o conclusió adequada.
Nosaltres, les dones, pensem. Vosaltres, els homes, penseu.
No tots.
Molts es deixen portar, tot i que no se si és exactament el cor el que els guia.
Ells ara, que encara són petits, des de que han descobert el cervell, diuen que no son responsables de  totes les coses dolentes que fan, que els ho diu el cervell.
Quina barra!
Jo els dic que pensin una mica, que el cervell no funciona sol i que això ho acompanyin de fer cas del cor, també.
A veure si ho capten ara, que són petits, i ho aprenen per quan creixin.
Només han d'arribar a aconseguir l'equilibri entre fer les coses que diu el cor, com en Marcos, i les que diu el cervell, com en Joel.
No pot ser tan difícil oi?
Jo penso que no...
...però sento que sí.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Última conexión.

Sergio está con algunos familiares (primos, tíos) en un bar. Saca su móvil del bolsillo, que está en silencio, pero justo está entrando una llamada. Es Sara.

No, no te he contestado. No, no he visto el whatsapp aún. No me has dado tiempo. Acabo de coger el móvil y justo me llamabas. No, no he tenido el móvil conmigo. Bueno, claro que si, no, no se lo he dado a nadie, simplemente estaba en el bolsillo. Me refiero a que no estaba en mi mano, no estaba en linea, conectado. ¿Que si me pasa algo contigo? ¿Por qué? No me pasa nada. No puedo estar siempre en linea Sara, no veinticuatro horas. A ver Sara, como quieres que saque el móvil y esté con el whatsapp allí en medio. ¿Lo dices en serio? Sara ¡estamos hablando de un funeral! Por Diós. Además, mira, mira mi última conexión y verás que hace horas que no estoy en linea ¿Que no lo ves? ¿Como que no sale? Ah, que lo has quitado. No ves la de los demás para que no te agobien mirando la tuya, pues entonces no tienes de que quejarte. Confía en mí y punto. Pero a ver mujer, después del funeral tenía que llevar a mi tío, claro, al cementerio joder. No estaba cerca. Mira, hemos estado en el coche pero no he sacado el móvil. Una hora. Un atasco increíble. Hemos estado jugando a cartas encima de mi tío difunto. Si, mientras lo llevábamos. ¿Que quieres mujer? Algo había que hacer entre tanta caravana. No había más espacio. Ahora no iré a verte. No me apetece. No estoy con ánimos. No. No voy a ir a verte Sara, lo siento. Énfadate.  No. Mira, aquí la que no hace las cosas bien eres tú ¿eh? No soy yo. Es alucinante que digas eso. ¿Por qué? Porque quizá podías haber venido ¿A jugar a cartas? No, Sara no, a jugar a las cartas no. A acompañarme. ¿No has pensado que podía necesitarte? ¿Qué? ¿Que no he pensado en ti? Puedo pensar en ti sin escribirte un whatsapp cada 30 segundos. Mira Sara. Mi tío ya está enterrado. No has venido. Está bien. No te apetece conocer a mi familia, es pronto. Lo comprendo. Pero por la misma regla de tres, es pronto para que exijas. No me exijas. Me voy a tomar unas copas con mis primos. Necesitamos un trago. No. Duermo en mi casa. Te enviaré un whatsapp antes de dormir. Claro. ¿Que no te mienta? ¿Pero por qué iba a hacerlo? Ah. No verás mi última conexión. Aha. Un trago y a dormir. Si Sara si. Buenas noches. Por cierto, has pensado en decir "lo siento" ¿qué por qué lo siento? bueno, pues porque es lo que se dice en estos casos, Sara. Mira. Lo siento Sara. ¿Por qué? Por lo que estoy a punto de hacer. ¿Qué hora es? Las once y dieciséis. Pues, coge una hoja y apunta ¿La dirección de donde estoy? No Sara no, apunta. "Última conexión de Sergio a las 23.16".

Sergio cuelga el teléfono. Después, abre la puerta del baño y lo tira al wc. Vuelve a la barra. Se sienta, mira al camarero, le sonríe ligeramente y le dice:

- Un gintónic por favor.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Noi i noia.

Noi i noia al menjador d'un pis. Noia volta d'un costat a l'altre com boja, el noi, assegut a una cadira.
Noia- ves-te'n ves-te'n ves-te'n...no se que hi fas aquí, per què has d'estar aquí ?
Noi- visc aquí.
Noia-però t'hi passes el puto dia aquí, mai fas res, no vols fer res, portem molt de temps parlant-ne, torno de la feina i segueixes aquí.
Noi-és que no tinc feina, no tinc diners tampoc.
Noia-doncs alguna cosa has de fer!
Noi-busco feina, des de l'ordinador, infojobs, ho faig des del pis.
Noia-però no t'hi mous mai, ets...una persona sense ganes de sortir a fora i fer alguna cosa. Jo, jo no puc, no puc...no puc compartir això amb tu.
Noi-el pis?
Noia-no! (histèrica) el pis no! La vida. La vida! Has de marxar perquè m'estàs agobiant, m'estàs xuclant l'energia contínuament, ja n'estic farta! No puc, no puc més...no tinc ganes d'estar amb tu.
Noi-això ho dius de veritat? No en tens ganes?
Noia-és estrany, molt estrany, perquè jo t'estimo, molt...però es que no...no puc seguir així. Tinc ganes... d'estar sola. (els ulls li brillen a punt de plorar)
Noi-no estem bé?
Noia-com?? Tu què passa? Que no veus res? No notes res? No sents?
Noi-em confons.
Noia-et confonc? a veure, si us plau, no ho posis difícil. N'hem parlat mil cops. Jo no tinc ganes d'arribar a casa i veure que estàs aquí sense motivacions, ni reptes, sense energia...
Noi (la mira)
Noia-tinc ganes d'estar sola, ho sento...tinc ganes...de no explicar-te res, de no dir-te res...no puc, no em ve de gust! no vull compartir la meva vida amb tu, em fa mal. M'oprimeix.
Noi-d'acord.
Noia-és molt dur eh? és molt dur el que t'estic dient, ho se, t'estic dient que no se ni el que sento, perquè em sento confosa...i no se perquè em passa, merda! (el mira) t'estimo joder...
Noi-no ho saps.
Noia-ho sento ho sento, si que ho se, però últimament em sento rara amb tu...
Noi-potser no saps que sents per mi...dubtes de si m'estimes.
Noia-potser aquestes coses passen al cap de tants anys, no? no ho se...
Noi-segurament.
Noia-però no et veig afectat per res del que et dic, t'afecta?
Noi-si, el que no se on marxar, si em deixessis que em quedés una setmana...
Noia-però com et vols quedar aquí? estant com estem? si estem deixant aquesta relació com et vols quedar al meu pis?
Noi-vols que me'n vagi ja? bé, de fet puc anar a casa dels meus pares...
Noia-no...a casa dels teus pares...no se...espera, et sents trist amb el que està passant?
Noi-com?
Noia-no se, et veig com apàtic..
Noi-no ho se.
Noia-no ho saps? què vol dir què no ho saps?
Noi- que no ho se, si em sento trist.
Noia-no?
Noi.-no.
Noia- Això és al·lucinant. Ara si que em deixes de pedra. Fa dies que no menjo, ni dormo bé, que el cap m'estallarà quan estic a la puta oficina pensant en tota la merda que està passant aquí, amb tu, i no se com, perquè no se com, he estat capaç de treure-ho tot de dins meu, després de dies i dies de preguntar si passa alguna cosa i que em diguis que no passa res...i ara et dic jo que no em sento bé amb tu, que et deixo! joder que et deixo!!... i...no t'afecta gens.
Noi-no...
Noia-Joder!!
(Pausa)
Noia-M'estimes...tu?
Noi-no ho se.
Noia-no ho saps?
Noi-no, de fet, em sembla que fa temps que no t'estimo...
Noia-què? si t'he preguntat més de quatre-centes vegades si passava alguna cosa i tu...només deies que era la falta de feina, els diners, coses teves...
Noi-si.
Noia-menties?
Noi-suposo.
Noia- Fantàstic...(plora, però intenta contenir-se)
Noi-me'n vaig, d'acord?
Noia- (plora molt i abraça  al noi) no m'ho facis això. No pots marxar. No em deixis sola. Queda't, queda't, queda't...




Re-Tallat.

Se m'ha trencat la cafetera. Sí sí, la meva cafetera. No he arribat mai a adquirir una Nespresso però jo ja tirava amb la Nescafé Dolce Gusto, ja m'anava bé pels meus tallats matutins.
Me la van regalar els meus pares, un Nadal, ara ja fa quatre anys, em penso, sí, quatre anys. És una de les poques coses que vaig voler transportar de Girona aquí, perquè per damunt dels "records" que volia apartar estaven els meus cafès vitals. Completament vitals.
És el meu únic vici: el cafè. Únic vici que necessito diàriament per poder tirar el meu dia endavant. A veure, tinc més vicis, evidentment, tothom els té, no ens enganyem, però el cafè...el cafè és la meva droga. Allò sense el que no puc viure.No m'importa si és o no psicològic però jo el necessito.
És el primer en el que penso quan em desperto, separo el nòrdic de damunt meu i, mentre encara tremolo de fred, corro descalça a la cuina a encendre la cafetera perquè es vagi preparant; un cop fet això, agafo gairebé a les palpentes la roba que em posaré, ja que la fantàstica bombeta que vaig comprar un any enrere s'encén tan lentament que quan és encesa del tot ja estic a punt de marxar de casa i després, torno a la cuina, giro la palanqueta que va cap el color vermell perquè surti el cafè calentó amb aquell soroll característic, paro la palanca, i em sento de luxe al sentir-ne l'olor i veure'n el fum. Aleshores, deixo la tassa reposar mentre vaig a la dutxa, després, embolicada amb la meva tovallola torno a la cuina i gaudeixo lentament d'aquella tassa de "tallat" que fa directament la meva cafetera. Se que no és el millor cafè del món, ni el més barat, però és pràctic i em dona les forces necessàries per començar...i ara, què faig?
Torno d'una mani, he fet vaga, perquè encara que a penes arribi a final de mes amb el meu sou retalladíssim, un pis car i una vida cada cop més cara (encara que ja ni compri roba, ni surti cada dissabte, ni dini i sopi fora quan em doni la gana), he fet vaga. Em trauran cent euros (els quals no guanyo en un dia) però no puc quedar-me de braços creuats per cent euros mentre el país se'n va ves a saber on. S'ha de parar, i si alguna cosa encara està a les nostres mans, per inútil que sembli, és fer força, sortir al carrer i dir el que pensem...
Doncs això, torno de la vaga, pensant "bé Irene bé, fas el que has de fer" i com a mínim et sents millor perquè formes part d'aquesta lluita contra tota aquesta merda, i em ve de gust un cafè. Un cafè de relax mentre m'assec davant l'ordinador i començo a mirar-me això anomenat "concurs de trasllats" on no em donaran cap escola definitiva, però que he de fer. I què passa aleshores? Primer, decideixo provar de posar una càpsula de Nescuik, perquè el cafè potser després no em deixarà dormir, i em ve de gust un Nescuik calent, agafo la càpsula, com sempre, la col·loco a la cafetera, com sempre, espero a que es posi verd, com sempre, dono un toc a la palanca, comença a caure, sento l'olor...i pum, s'atura. Sí sí, s'atura i ja no surt Nescuik per enlloc, intento obrir la cafetera, res, intento treure la càpsula, res, intento fer alguna cosa i RES!

I ara què? No tinc diners, no puc comprar una nova cafetera i no puc viure SENSE CAFÈ!

SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS SOS

Potser algú té una Nescafé Dolce Gusto que no vol...ah! jo tinc una wii que no vull, de fet anava a vendre aquesta wii que no vull, potser puc canviar wii per cafetera?
Joder, que no em podeu retallar el tallat! La meva vida no funciona sense tallat.
Un puto tallat retallat, "valga la redundancia".

lunes, 12 de noviembre de 2012

Y el chocolate espeso.

(Andén de metro)
K-¿Cuanto falta?
(Pausa)
L- ¿Para el siguiente metro?
K- No...(pausa) sabes a lo que me refiero.
L- No se si falta o no falta tiempo. No sé si quiero que estés aquí...
(Pausa)
K-Convéncete tanto como quieras, pero...
L-¿Crees que..?
K-Juegas.
L-Yo no juego con nadie.
K-No no, juegas contigo mismo, juegas tu juego, tu vida. Todos jugamos. Nadie se libra. Pero llega un punto ¿Sabes? Un punto en el que ya no hace falta jugar tanto, ni jugar sucio, ni jugar pensando que se juega limpio aunque se juegue sucio.
L-Te equivocas.
K-No, y no quiero seguir con esta conversación. No es necesario porque si no sabes cuanto falta, en general, para decir basta, voy a ser tal y como soy, sin darle más vueltas...si no lo sabes, no hay mucho que hacer, porque es aburrido pensar qué piensas o dejas de pensar.
L-¿Y tú? ¿Qué piensas?
K-Nadie te ha dicho que gires la tortilla. Aquí la tortilla no se gira. Punto.
L-Sabes que conseguirás que realmente...comportándote así...
K- Me da igual. Me da igual, de verdad. Ya no hago las cosas pensando qué conseguiré, ganaré o perderé. Ha llovido mucho, en mi vida, para que me preocupe tener sitio donde cobijarme. Solo quería saber si verdaderamente sabías si faltaba poco, porque de ser así, quizá, tan solo quizá, me hubiera...
L-Quedan tres minutos, con los recortes los metros pasan con mucho tiempo entre unos y otros.
K-Si. Bien. Tres. Supongo que eso no cambia nada.
L- Es que, es mi vida y la vivo como quiero. Y no sé si..
K- No, nunca sabes nada. Y sí, es tu vida, por supuesto, solo que, a veces, se cruza con otras. No lo olvides.
L.-Ya...
K-No pasa nada. Solo que ten en cuenta, a veces, que podría ser todo más fácil. Por ejemplo, en vez de decirme "no sé si quiero que estés aquí" podrías haberme dicho "me voy ahora" o "vete a la otra punta del andén porque no quiero verte más" las cosas claras son más sencillas.
L-Las cosas claras duelen.
K-Ayudan.
L-No puedo decir algo así.
K-Te lo pido.
L-Pero es que tampoco es lo que pensaba. Ni lo pienso. He dicho "no sé", porque es que es la verdad, no quiero que te vayas, pero tampoco que te quedes...
(LLega el metro)
L- Ya está aquí.
K- Buen viaje.
L-¿Cómo? ¿No subes?...
K-Estaba a punto de equivocarme de dirección.
(L sube, mira fijamente a K, que se gira y anda hacía lo lejos. El metro se pone en marcha)

Cançó d'autopista.

En Martín té cinc anys. És un dels meus alumnes. És especial, com cada un dels vint-i-cinc (sí, encara no hem arribat a vint-i-set, que estrany...), és intel·ligent i reflexiona sobre cada detall de la vida. Té un interior més absorbent que qualsevol esponja i espera que li ploguin els aprenentatges del cel, tot i que si no ho fan, "s'empapa" del que cada nou segon de la seva curta vida li ofereix. 
Tot s'ho pregunta i per això sempre aconsegueix rebre respostes que l'ajudin a extreure les seves pròpies conclusions. Li agrada això de treure conclusions, li agrada pensar i filosofar, sense ni tant sols saber que ho està fent. Sovint bateja les coses. Bateja coses a les que ningú ha donat nom perquè potser mai ningú els ha  donat aquella importància màgica i meravellosa que en Martín creu que es mereixen.
Érem a plàstica. Quan fem plàstica, m'agrada proposar-lis material i deixar que la seva imaginació voli en busca de noves creacions, convertint-se tots en artistes de cap a peus.

Mentre pintaven, vaig posar la ràdio, ja que no sempre els han d'acompanyar les típiques cançons infantils. A ells els agrada que sonin les cançons que sonen a l'ordinador dels pares o al canal de videoclips de la tele del seu menjador. Mentre s'endinsaven a les noves creacions, en Martín es va aixecar, acostar a la ràdio i, amb el seu accent d'argentí-català que el caracteritza i els seus ulls blaus brillants va dir pensatiu:


- Irene, aquesta és més una cançó d'autopista...
Escoltava la cançó i mirava al no res.
- Una cançó d'autopista - vaig repetir al sorprendre'm d'aquella nova paraula batejada - què vols dir? - vaig preguntar, sabent que la seva explicació seria més que emocionant.
- Doncs que  si la poses a la classe, he de tancar els ulls i imaginar-me la finestra del cotxe i com veig la carretera.

La cançó va seguir sonant, de fons, mentre jo quedava parada amb aquella bonica explicació. En Martín havia estat transportat pels records d'una cançó que l'enviaven fins a viatges per carretera amb els seus pares, explorant mons (pobles i ciutats que per ell són nous mons!), i jo el mirava, bocabadada, encantada amb aquella nova expressió.

- Va, torna al teu lloc i continua amb el teu magnific treball...- vaig dir-li suaument, mentre recordava totes aquelles cançons d'autopista que havien format part de la meva vida, quan encara tenia el Corsita amb mi, quan encara feia viatges on la carretera es movia a velocitat llum per les meves finestres, mentre conduíem de LLoret a Girona, Barcelona, Calafell, Cerdanyola....Madrid! 
Mentre escoltàvem, cantàvem i gaudíem.
Mentre no podíem viure sense encendre la ràdio i deixar que sonessin, a tot volum, totes aquelles "cançons d'autopista".

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Re-m'agrada/no m'agrada.

M'agrada interpretar, sentir com surto de la meva pell per entrar dins d'una altra, viure emocions que no són les meves, pujar dalt d'un escenari o interpretar davant de les càmeres, m'apassiona. No m'agraden els castings, sobretot per les llargues hores d'espera, tot i que, mai se sap, potser trobes algú interessant amb qui parlar. M'agraden els macarrons amb tomàquet. M'agrada quan una pel·lícula em fa pensar o quan descobreixo una bona frase. No m'agrada sopar cada nit sandwich perquè no tinc temps d'anar al súper, tot i que així al menys estalvio. M'agrada ensenyar als més petits, gaudeixo quan veig les seves ganes d'aprendre, les seves respostes enginyosos, però no m'agrada encarinyar-me tant, després ho passo malament quan ens separem. No m'agrada ser mestre en les condicions actuals, ningú ens valora. No m'agraden els pares dels nens que es queixen per tonteries, ni els impuntuals. M'agrada la xocolata Lind, única i exclusivament. M'agraden les truites de patates de l'Anna, o m'agradaven perquè últimament ja no se'n surt. M'agrada descobrir que al món encara queden persones increïbles i desconegudes per mi. Pensava que m'agradava molt viatjar, ara la paraula viatge només em diu: Nova York. M'agrada fer amanida de pasta amb molta salsa rosa. Les patates fregides amb maionesa, si no, no molen. M'agrada caminar sola, de nit, pels carrers de Barcelona, em relaxa. M'agrada posar les mans en farina. No m'agraden els dilluns, no m'aixecaria mai del llit. M'agrada filosofar de la vida però només amb persones concretes. M'agrada l'olor a plastilina nova. M'encanta escriure. No m'agrada el desordre. Sóc feliç quan puc passar vint-i-quatre hores en pijama. M'agraden les visites dels meus pares a Barcelona. Endinsar-me en nous projectes que no se on aniran a parar. Sentir que a part de profe sóc moltes moltes coses i que aquesta només és una més de la meva llista. M'encanta anar al cine en versió original, sobretot els Verdi, són els meus preferits. M'agrada barrejar les crispetes dolces amb les salades (cosa que als Verdi no puc fer). M'agrada el gazpacho i el salmorejo. El pa amb tomàquet. El ron Brugal amb cocacola. No m'agraden els mojitos, odio la menta. No suporto no tenir res a fer, per sort, poques vegades em passa. Tampoc suporto no tenir temps. No m'agrada tenir lluny gent que preferiria tenir a prop, però m'agrada saber que tinc alguns grocs amb els que parlem per telepatia. M'agrada veure el mar, sentir-ne l'olor i el so de les onades. M'agrada anar-me'n a dormir tard però no suporto aixecar-me aviat. M'agrada quan un llibre em captiva, fa temps que no em passa! No m'agraden els avions, ni les altures. No m'agrada la gent que et falla quan no t'ho esperes, però n'aprenc. M'agrada saber que sempre hi ha qui em recolza, en tot el que faig. M'agrada que em pentinin. També quan les nenes de classe em dibuixen amb el cabell llarg fins els peus, si sempre el duc recollit. No m'agraden les nous, gens ni mica, i l'Anna sempre me les posa al Brownie. M'agraden les cookies de l'Starbucks i el frapuchino, tot i que a Nova York encara m'agradaven més, pel preu i la qualitat. M'agrada tenir somnis i fer-ho tot per aconseguir-los, no m'agraden els dies que penso que no serveixen de res.
M'agrada pensar, de tant en tant, en les coses que m'agraden i en les que no. Sense donar-me marge a donar-hi gaires voltes i descobrir si realment ha canviat gaire, des de l'última vegada que hi vaig pensar.

O si en el fons, sóc tan simple i/o complicada com sempre.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Siete, necesitaríamos.

(L está leyendo el periódico, aparece M)
M - Buenas (sonriente)
L - Ey..(sin levantar la vista)
(M mira a L)
L - ¿Que quieres?
M - Mmm...
L - ¿Si?
M - Nada...
L - Pues no parece que no quieras nada mirándome así.
M - No puedo.
L - ¿No puedes?
M - Pedirlo.
L - ¿Necesitas algo?
M- Supongo que si...
L - ¿Estás bien?
M - Necesito algo que no puedo pedir.
L - No te entiendo.
(Pausa)
M - Es que quizá nunca lo entenderías porque cada uno es tan diferente... cada persona es un mundo. Pero echo de menos que me lo den sin pedir. Que lo noten. Eso es todo.
L - ¿El qué? ¿Que te den qué?
M - Otras veces ha sido sorprendente. En ocasiones, cambió mi vida, gran parte, gracias a algo tan simple. Simple pero necesario. Siete al día necesitaríamos para sentirnos bien. Eso dicen los estudios.
(Pausa, L mira a M sin entender nada, finalmente cambia la cara)
L - ¡Vale! ¡tienes la regla! ¿Quieres un tampax? Pero no te pongas siete de golpe.
M - Eso ha sido ingenioso y de verdad lo agradezco porque reír es también súper necesario.
L - Estás de bajón porque tienes la regla.
M - Frío, frío.
L -(entre agobio e ironía) ¿De verdad que te encuentras bien?
M - Déjalo ya joder. Déjalo.
L - Bueno...
(L sigue leyendo el periódico M se levanta para irse)
L - ¿Te vas?
(M sale pero se gira una última vez hacía L)
M - Un puto abrazo.
L - ¿Cómo?
M - Solo necesitaba un puto abrazo.
(M cierra la puerta)

sábado, 3 de noviembre de 2012

Instrucciones de uso.

Interior comedor - noche.
(D toca un móvil, F fuma un cigarrillo)
D - No entiendo nada, no me gustan las tecnologías y odio estos móviles.
F - Ahora tener móviles así ya no es un lujo.
D - Sin whatsapp no eres nadie, ¿oyes lo que te digo? Nadie...
F - Si no tienes whatsapp, tu alrededor vive al margen de ti.
D - Iban al cine y se olvidaban de decírmelo,  como no estaba en los grupos, pues nada, me quedaba sin cine... Cambiaban los planes y yo iba perdida, como loca. ¿Oyes? ¡Como loca!
F - Hay que adaptarse a la actualidad.
D - Que remedio. Aquí estoy yo con mi actualidad.
F - ¿Te has planteado leerte las instrucciones?
D - ¡No! va en contra de mis principios.
F - Bueno mujer, no creo que sea tan complicado.
D - Si pero es que mira, mira lo que me pasa. No se como lo he hecho...
(F coge el móvil de D)
F - ¿Qué te pasa? Déjame ver.
D - ¿Qué haces? No toques a ver si la vamos a liar.
F - Pero si la estás liando tu solita.
D - Dame...
(D recupera su móvil)
D - Ves, es que se me ha cambiado el tono del whatsapp, solo para un contacto.
F - Claro, eso se configura...
D - ¡Pues no encuentro como! Lo peor es que si no se hacerlo, no entiendo como lo he hecho.
F - Increible, la verdad.Me dejas anonadada.
D - No te burles.
F - Lo siento, es que me parece gracioso...
D - Es que no lo entiendo, no entiendo porque tiene un tono especial.
(Pausa, D sigue toqueteando el móvil, F le mira)
F - Quizá...es porque es alguien especial.
D - ¿Qué?
(D levanta la cabeza)
F - No se, no me mires así, no se a quien se le ha cambiado el tono...
(Pausa)
D - No se si quiero.
F - ¿Cambiar el tono?
D - No.
F - ¿Qué?
D - Que sea especial.
(F sonríe y apaga el cigarrillo. D deja el móvil y suspira.)
D - ¿No hay instrucciones de uso para eso no?
F - Si las hubiera, no te las dejaría leer.
D - ¿Por qué?
F - Va en contra de tus principios.
D - ¡Mierda!
(Las dos ríen, De repente, suena el móvil con un tono que no es el habitual. Negro.)

martes, 23 de octubre de 2012

Semáforo.

(X y Y se cruzan las miradas de una calle a la otra, esperan un semáforo en rojo, el semáforo se pone verde y las dos están a punto de cruzar, pero Y se espera. Se abrazan.)
X- Que casualidad, hace mucho...
Y- Que no vengo por aquí.
X- Te echo de menos...
Y- ¿Como vas?
X- Bien, supongo.
Y- Supones...
X- Suponer es mejor que afirmar, permite equivocarse.
Y- ¿Las cosas han salido bien, no es así?
X- Bien, supongo que bien. Aunque no exactamente como pensé.
Y- No es bueno pensar, te lo dije. (sonríe)
X- Cuando nada es como se espera te puedes llegar a volver loco.
Y- Antes pensábamos que estar locas estaba bien. Nos gustaba.
X- Si. Alcohol, despreocupación, dinero que tan siquiera valorábamos.
Y- Que fácil.
X- Preocupaciones absurdas que nos jodían la vida.
Y- El mundo giraba entorno a estupideces.
X- Que éstupidas.
(Se ríen)
X- Ha pasado tanto tiempo...desde entonces.
Y- Hemos vivido más de un cuarto de vida.
X- ¡Cállate joder!
Y- No me grites...
X-¿Te parece normal decir ...?
Y- No tengas miedo.
X- No me siento llena todavía. He vivido mucho pero no tengo nada. (mirada perdida..)
Y- Tienes mucho, no te atevas a... mírame a mí. No existe el mañana en mi día a día.
X- ¿No piensas en futuro? (vuelve a mirarla)
Y- Jamás.
X- No sabría vivir como tú.
Y- Sin embargo, no sabrías vivir sin mí. (sonríe)
X- Eres importante para mí.
Y- Lo se.
X- No seas tan sabionda, si supieras tantas cosas, pensarías más en lo que vendrá...
Y- ¿Para qué?
X- ¿Para qué? ¿Me preguntas para qué? ¡No se! Para lo que pueda...¡joder! No, no lo se.
Y- No lo sabes ni tú. En serio, estoy bien.
X- Crecemos. Hay que...
Y- Hay tantas cosas que quiero vivir aún.
X- Te envidio...
Y- ¿Por qué?
X- ¡Porque a mi me ha ganado el miedo a vivirlas! Las he...nose, las he aparcado...
Y- Entiendo que para vivir otras.
X- Si. Supongo. Tal vez. Y aún así, de verdad, las cosas que vivo, no son como esperaba. No de la manera exacta que yo había planeado.
Y- No te vuelvas loca.
X- Lo intentaré.
Y- Es lo malo que tiene.
X- ¿El que?
Y- Planear las cosas. Jamás hay que planearlas porque luego nada que es como uno espera, todo puede dar un giro, tus planes se rompen y no sabes donde agarrarte. Sin embargo, si no planeas, te ahorras ese riesgo, aún que te expones a muchos otros, claro está. Te arriesgas cada día a lo inesperado.
X- Que miedo.
Y- Hay que ser valiente.
X- Nunca lo fui, para eso estabas tú.
Y- No te considero cobarde. Eres valiente, en su justa medida.
X- Suerte que siempre estarás cerca, de algún modo.
Y-Suerte.
X- Suerte...(sonríe)
El semáforo vuelve a estar verde.
Y- Suerte, en lo que venga. (empieza cruzar, de espaldas)
X- Suerte...(mientras Y se aleja por el paso de zebra) para tí también...aunque tú...(Y ya no le oye) tengo la sensación que no la necesitarás.
(Sonríen y connectan una última mirada cómplice, una mirada que solo ellas saben que vale más que cualquier palabra que puedan cruzar, cualquiera cualquiera...)

martes, 16 de octubre de 2012

La Marta.

Era divendres i els meus alumnes, de tant sols quatre i cinc anys, em tornaven a veure arribar a classe amb una maleta. On va aquesta ara? Devien pensar, sempre traginant maletes amunt i avall, sempre fent-los passar un petit ensurt de si marxaré per no tornar.
          - Per què tens una maleta? - va preguntar l'Alex estranyat.
          - Perquè aprofito que tenim tres dies de festa per anar de viatge a Madrid. - vaig contestar amb un somriure d'orella a orella; de fet, me'n moria de ganes de que comencés aquell cap de setmana més llarg de l'habitual.
            Normalment, la meva explicació sobre un viatge sobtat hagués anat seguida instantàniament per qualsevol dels meus alumnes amb un dels seus "però tornaràs??", però aquest cop no va ser així, no van arribar a temps ja que abans que algú obrís boca, la Marta, emocionada, va saltar de la cadira i va cridar:
          - A Madrid??????!! Jo vaig anar-hi quan era petita!!!!!!!!!!!! - Ho deia contenta, els seus ulls brillaven de saber que la seva senyoreta trepitjaria aquella ciutat on ella ja havia estat anteriorment.
          - Quan eres petita? - vaig preguntar mig rient - però si vas anar-hi l'any passat Marta, quan feies P4.
          - Clar!!- va contestar la Marta acompanyant la seva expressió d'evidència amb uns gest amb les mans - a P4, quan era petita...!!

I em vaig quedar de pedra. Clar Irene clar, la Marta ja fa P5, la Marta ja és gran.
La Marta només ha necessitat un any per fer-se gran. Ella veu clara la diferència. En aquell moment jo pensava "però si encara ets petita Marta..." però, mentre volava amb l'avió cap a Madrid, vaig entendre-la completament, dibuixant un somriure als meus llavis i corroborant, un cop més, que els nens i nenes sempre m'acaben ensenyant coses noves.

La Marta ja escriu, llegeix, pensa i parla més i millor, és responsable, engrescadora, motivant, alegre, vol aprendre més...ja no és una nena petita que necessita ajuda per treure's bé la jaqueta o cordar-se la bata.
Un any, només un any ha estat un espai etern per una nena que ha passat dels quatre als cinc anys. I quantes coses deu haver viscut!
Un any d'aquests que...molts adults, ni noten.
Un any dels que jo, segueixo vivint dia a dia, perquè, com la Marta, cada cop que arribi a la fi, pugui mirar enrere i dir: un any, quant de temps, quantes coses he viscut i sí, ja he crescut una mica més.

La Marta m'ensenya coses noves cada dia; la Marta és molt més gran del que ella mateixa és capaç d'imaginar-se.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Creant diàlegs, perquè sí III

C- Avui he tingut un mal dia.
D- Com de mal dia?
C- Horrible...(plora)
D- Són horribles els dies horribles. (s'acosta i recolza la mà sobre la seva cama per calmar-la...)
C- És igual, deixa'm, deu ser el temps...
D- Ni plou ni surt el sol, tot el dia núvol.(mira la finestra)
C- Horrible...
D- Horrible.
C- És un d'aquells dies on tothom està ratllat. A vegades passa, es veu...
D- És tan fàcil contagiar-se els uns als altres.
C- No tinc ganes de pensar.
D- Avui he trobat cinc o sis persones amb un dia dolent.
C- Es multipliquen les emocions?
D- És curiós l'estat d'ànim, mai saps per on sortirà.
C- Tu estàs bé?
D- Tinc un minut bo i un dolent. Un bo i un dolent. Com una seriació.
C- Sembla que mai començarà a ploure.
D- Solia pensar que no existien els dies dolents.
C- Eres molt ingènua... (somriu)
D- Potser, però feliç.
C- Cal tocar de peus a terra.(eixugant-se les llàgrimes)
D- No t'agradaria més volar?
C- Tindria por de caure.
D- Hi somies en volar?
C- Com?
D- Saps que és el somni més indicador de felicitat, sovint el perdem quan ens fem grans.
C- Els nens somien que volen?
D- Infinites vegades.
C- Jo, quan somio que volo acabo estampant-me.
D- Això ja és un altre tema. Envejo els nens, sense preocupacions...
C- Tu sempre ho has estat una mica?
D- De despreocupada?
C- No dona no, de nena...
D- Ah...
C- No és dolent.
D- Ni bo.
C- Avui he tingut un dia horrible.(els ulls se li tornen a omplir de llàgrimes)
D- No et preocupis, estan comptats, venen un cop cada 28 dies, més o menys...
C- No em sento bé...
D- Ho veus tot gris?
C- Negre.
D- Vols una tauleta de xocolata? 

C i D somriuen, D li porta la xocolata d'emergència guardada a la nevera, C en talla un tros i el mastega, amb els ulls encara humits.

viernes, 5 de octubre de 2012

Creant diàlegs, perquè sí. II

- M'encanta quan puc tornar a posar el nòrdic.
- El fred, t'agrada.
- No m'agrada quan només tinc llençols, no ho se, no m'hi trobo bé.
- Recordo el soroll de les onades.
- Hi tornaries?
- Sempre. Tu, en canvi...
- Jo hi estic bé aquí.
- T'adaptes ràpid.
- No et pensis. El nòrdic em fa sentir protegida.
- No pots passar-te el dia dormint.
- Qui m'ho prohibeix?
- No tens res millor a fer?
- Les maletes. Seria una bona opció.
- Les nits fan pensar massa.
- Les galetes estaven dures, no t'han sortit massa bé.
- No eren per ningú.
- Però vas fer-me-les tastar.
- Dorm, o vola.
- Crec que volaré ben lluny, quan tot hagi acabat.
- Jo t'esperaré, escoltant el mar potser.
- No cal.
- Per què?
- No m'agrada que la gent esperi res de la gent. Ni que esperin. No m'agrada la paraula esperar, sona malament.
- Solíem buscar paraules que ens agradaven, te'n recordes?
- No.
- Truita, forquilla, llimona.
- No, no ho recordo.
- Ho has oblidat?
- Bona nit.
- Et desperto? Demà...
- No, no m'esperis. Seré ben lluny.
- Sota el nòrdic.
- Però lluny.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Creant diàlegs, perquè sí. I

A- Has pensat mai en desaparèixer?
B- Desaparèixer?
A- Sí, deixar d'existir, esvair-te.
B- No acostumo a pensar coses com aquestes.
A- Deixar de sentir la pressió, la necessitat de quedar bé, de seguir unes obligacions, unes normes...
B- Has tingut un mal dia?
A- No. Només et faig una pregunta com una altra.
B- No és una pregunta qualsevol. No et trobes algú i li dius "hola et ve de gust desaparèixer?"
A- (Somriu) ...si algú em digués això, li diria que sí. I desapareixeríem junts.
B- Estàs com una cabra.
A- Ara bromejava, només m'imaginava la situació...
B- Sempre amb el cap al núvols.
A- Hi has pensat mai?
B- Com?
A- Sí, en fer-te petita, minúscula, microscòpia i pam! no ser-hi.
B- Encara amb això?
A- És que encara no has contestat.
B- A vegades dius unes coses...
A- A vegades penso en veu alta, suposo.
B- Preguntes surrealistes. Descansa, relaxa't, no se...
A- No t'estic dient que jo vulgui fer-ho, tan sols pregunto...
B- Sí.
A- Què?
B- Que sí.
A- Com?
B- Que hi he pensat.