domingo, 12 de octubre de 2014

Si quieres que vuelva a intentarlo, pasa a la página 43.

Punto y a parte. Tres puntos suspensivos, punto y seguido, punto y coma. Me gustan los signos de interrogación pero no los puntos y finales. Aunque haberlos haylos.
Yo los llevo fatal.
Sí, a lo mejor es que no me enseñaron bien de pequeña o que nací con esa intolerancia. Supongo que es por eso que cuando me encuentro con uno de ellos, antes de enfermar de locura, construyo desesperadamente tres signos de exclamación. (Sí, exclamación, exclamación, exclamación) Estos signos intensifican tanto las frases que aparecen a continuación que sin quererlo ni beberlo me encuentro en un nuevo párrafo, desconocido, misterioso, arriesgado, pero emocionante.
No lo hago para curarme en salud, es de vital necesidad.

Mis séis meses de permiso sin sueldo empezaron en enero, donde yo misma era un interrogante con patas en busca de un sueño y de la felicidad. ¿Pero podría encontrarla? Tampoco llegué nunca a perderla, así que quizás era cuestión de llevarla conmigo allá donde fuera. Séis meses sin sueldo y sin saber a qué me dedicaría, porque querer trabajar de actriz no es algo que se pueda mantener por si solo, es como tu sabor de helado preferido en un cucurucho de tres bolas, necesitas a los demás para sujetarlo y también para corroborar que sigue siendo, sin duda, el más sabroso.

En junio terminaban los séis meses de prueba. Séis meses que ya de por si se convirtieron en unos de los más emocionantes de mi vida, supongo que son aquellas cosas que pasan cuando arriesgas y cambias en picado, cuando empiezas sólo en un lugar desconocido. Es emoción en estado puro. Adrenalina diaria.
Pero los meses pasaron y aún, a pesar de trabajos remunerados de actriz, compaginados con cuarenta mil otros, a pesar de cortos fantásticos que me hicieron crecer, a pesar de todo...nada grande había sucedido y eso hacía que otras personas pensaran y colocaran interrogantes en mi "ya te has quitado la espina y no ha pasado nada ¿y ahora?" "¿piensas seguir así si malvives y no tienes nada fijo?" "Pero si a lo mejor no lo conseguirás nunca" "anda, vuelve, que aquí tienes tu trabajo de verdad" "¿Todavía no se te ha pasado la tontería?" . Gracias a todas aquellas personas que  se empeñan en reducir mi sueño a tontería y/o capricho me decidí por un empujón final y como arte de magia en solo un mes conseguí dos publis, la obra de teatro Mínimo Común  y el microteatro Amor Malentendido. ¡¡¡Zas!!! Sí, con tres exclamaciones.
El mes de Julio fuí actriz todos los días, esa montaña rusa que al fin hacía que tanto esfuerzo cobrara sentido.
Entonces me fuí a ver a mis padres, a mis amigos y a desconectar a la playa, que Madrid me encanta, pero el Agosto lo prefiero cerca del mar.
Tocaba arreglar papeles, para convertir aquellos 6 meses en una excedencia real, un "no puedes volver en un mínimo de dos años y en un máximo de toda tu vida". Llegados a ese punto (y a parte) todavía me sorprendo de que alguien tuviera la menor duda de lo que iba a hacer. ¡Pero si yo no llegué ni a sentir la duda! Dejarme dudar a mí de mi misma si es que alguien tiene que hacerlo... pero se ve que ellos son así, todas aquellas personas que se empeñan en bailar en coro alrededor de tu cabeza mientras te dicen cosas tales como "Ah, ¿pero vuelves? ¿Por qué? Si ya lo has hecho" "Pero en serio no se te ha pasado ya?" "Pero si aquí tienes tu sueldo fijo" "¿Ya no quieres ser más maestra? No se te ha pasado?"

¿Se me ha pasado? ¡¡¿Se me ha pasado?!! ¡¿El qué?! ¿Quizá padezco algún tipo de enfermedad? (A parte de la intolerancia a los puntos finales) Mierda, claro, ya lo entiendo, se me olvidaba que soy artista y vivo en esta sociedad.

No les respondí, no gasté mi energía en razonar.
Sólo algunos pueden entenderlo.
Esto me recuerda a aquellos libros de elige tu propia aventura...

"Si quieres que vuelva a intentarlo, pasa a la página 43, si prefieres que abandone el barco y siga con mi vida cómoda, creo que te has equivocado de historia!"