miércoles, 13 de agosto de 2014

Sin viajar, para perderme en mis sueños

Vacaciones.
Veo como la gente llena sus muros de facebook con atardeceres, amaneceres, rutas, playas paradisíacas, lugares en los que nunca he estado, lugares en los que tal vez nunca estaré.
Y yo me veo aquí. En mi casa, bueno, casa de mis padres, no mía. Aquí, sola. Viendo todas esas fotos y pensando en que tal vez es el primer año en siglos que no puedo irme de vacaciones ¡Oh Dios mío!
Al principio creía que lo que me costaba más, pesada soy, era no estar en NY, pero no se trata de vivir un verano sin estar en la gran manzana, se trata de no salir, de no coger un avión hacía alguna parte, dondequiera que sea y perderme por calles desconocidas, hacer fotos en lugares que no he visto antes y pasar tardes fantásticas en cualquier compañía, tomando unas cañas en cualquier bar, de cualquier ciudad, de cualquier lugar...
Como siempre antes solía hacer.
Que nadie se atreva a repetirme que tengo suerte porque todo sale bien. No. Todo sale bien a base de dejar atrás muchas cosas. De olvidarme de hacer muchas otras cosas con las que no sabía que podía vivir sin.
He dejado de todo. He perdido ocasiones de ser muy feliz en brazos de algunas personas. He perdido trabajos que en parte me hacían estar bien. He dejado amistades que aún se que las necesitaría a mi lado día a día. Me he largado de una ciudad a la que amaba y ya no puedo visitar en verano aquella que me apasionaba.

Todo quedo atrás. Así que seguiremos cargando pilas, porque esto no va a quedar aquí, me atrevo decir, Madrid, que esto acaba de empezar.

Ahora, relax, sin playas paradisíacas, sin lugares lejanos, sin calles desconocidas, sin amistades nuevas, sin personas apasionantes que se crucen durante los meses de caluroso verano, pero aquí... divisando nuevas metas.

Sin viajar, para perderme en mis sueños.