sábado, 1 de febrero de 2014

La tortura de unos tacones asesinos

Dicen, siempre, que con los pies fríos no se piensa ¿Y con los pies destrozados qué se hace?
Que feliz era yo, en mi mundo sin tacones. Sí. Los dejé. Hace tiempo, supongo que con lo de madurar y estas cosas pues unos dejan de fumar, otros de beber tanto, y otras pues...dejamos los tacones.
Es una putada ser de las altas, ¿Por qué? Porque ELLOS no son tan altos. No, nunca lo son.
Y oye, si ya es complicado encontrar alguno que entre en lo que es para ti atractivo, o simpático o interesante...por lo menos vamos a darles la oportunidad de que te saquen unos centímetros.
Así pues, dejando los tacones a un lado, Georgina y yo, cuando salíamos en Barcelona, todavía teníamos posibilidades de llegar a una discoteca y que alguno sobrepasara nuestra linea de altura.

 ¡Que nos gusta mirar arriba! Sentirnos más pequeñitas...

Total, que una empieza usando tacones solo en ocasiones especiales hasta que ya te dan igual incluso lo especiales que puedan ser las ocasiones, que si en fin de año voy plana pues resulta que me lo paso mejor. ¿Por que sufrir? Si, vale, estilizan, perfecto pues: los dejamos estilizando el zapatero de la habitación.

Luego te instalas en Madrid con tu excedencia. Y con tu falta de cosas para llenar tu tiempo. Tienes ahorros si, pero odias aburrirte ¡Joder! ¡No estás hecha para el aburrimiento! Antes no tenías un segundo libre y de repente tienes todos los segundos del mundo y no quieres taaaaaaaaaaaaanto tiempo para reflexionar...un poco si....pero tanto...¿pa que?

Así que, entre casting y casting, pasas de solo mirar las noticias de facebook...a ver otras páginas, miras más series en seriesyonkis cuando los anuncios porno no te invaden, ves películas, miras cortos de aquél y de aquél otro  y decides ¿por que no? mirar ofertas de trabajo, que lo que es dinero, siempre viene bien.

1 NUEVA OFERTA: AZAFATA.

¡Coño azafata! Si yo hacía eso, si si, en la época de la uni y "postuni-premaestra" me pasaba la vida dando regalos de JB, en congresos de Bollicao, regalando condones en discotecas y todas esas cosas...¡pues yo se hacer eso! Me apunto.
Y entonces llega tu pesadilla "No olvides los tacones negros" ¡Ah si! Claaaaaaaaaaaro..! Mis tacones, como no...yo me los pongo, (mierda, solo tengo aquellos tan malos que me costaron 15 euros en stradivarius hace... ¿quinientos años?...¿seré un pato andante?)
Pues pato no, porque lo que es andar, resulta que no se olvida, como el sexo y las biciletas,  pero aguantar nueve horas encima de esos objetos asquerosos, duros y punzantes pues no es lo que mejor llevo, o he llevado.

Mi gran pesadilla. Dejé de sentir.

Dejé de sentir los pies, porque sentimientos pues si que se pasaban por mi interior (rabia, dolor, tristeza....¡poooooorque...!¡por que me torturáis....!)

De la experiencia saco cosas buenas (es una facultad que no pierdo) un nuevo trabajillo de publi, gente guay, momentos graciosos y dinero, lo que es dinero pues no mucho pero vamos...

El sueldo de uno de los días me lo gasté en plantillas y compeets para curar mis pies y parte del otro me lo he gastado hoy en la farmacia en medicamentos para la contractura que me ha salido en la espalda de pasarme tantas horas encima de esos odiados zapatos asesinos.

Así que nada, que por aquí...todo va muy bien ¡y esas cosas!...iremos probando...con...¡otros tabajos! Porque lo de repetir de azafata no lo se...pero lo de aburrirme...mmmm....¡paso!

- Deséame suerte...
- ¡Suerte!


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