Y ahora dudo de todo.
Yo, que siempre tiro recto
o giro a la izquierda
hacia un punto previamente no pensado,
y aparezco en la X del tesoro,
sin tan siquiera buscarlo.
Yo, que no pienso,
y que tomo impulso y decisiones,
que salto desde el trampolín más alto,
aunque no haya agua en la piscina.
Y duela.
Ahora, después de tantos saltos
y tantos tesoros desenterrados,
dudo.
Y ya no sé ni siquiera qué hago
en este lugar llamado mundo,
en esta tierra de tesoros ocultos
y de puentes colgantes
que te hacen perder el equilibrio.
Y mi brújula ya no marca el norte,
y yo ya no sé hacia donde camino.
Y cansada
de piscinas vacías,
de calles cortadas
y de callejones sin salida.
Quiero unos días de baja,
para tomar el Universo
desde otro planeta.
Y pedirle a la Luna
un par de pistas.
Y abrir una puerta
de emergencia,
ahora que la principal está cerrada.
O quizá simplemente
es domingo.
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