jueves, 1 de agosto de 2013

OH MY GOD!

Que dificil no contar nada cuando estápasando de todo. Pero no tengo tiempo ni de pintarme las uñas, comprar en el super algo para sobrevivir ni hacer laundrys, imaginaros para parar a contar cosas...
La lluvia me ha dado un rato libre. Una noche libre, menos mal, porque des de que llegaron las venezolanas y Aida, hemos salido noche si, noche también.
Escribo con los dedos pringosos de chocolate Lind, que me compré la oferta aquella de cinco por el precio de cuatro y ahora lo único que tengo en la nevera es tabletas de chocolate.
La pantalla está sucia.
Tengo un nuevo roommate (compi de piso) Olga ha alquilado definitivamente la otra habitación, así que mientras cae una tormenta que asusta, yo me he encerrado en mi room a pensar y recordar.
Empecemos por el reencuentro. Es grande NY, verdad? Mucho, no? Pues resulta que las venezolanas habían llegado a NY pero no nos íbamos a verhasta que tuvieran movil americano para llamarme. Yo estaba con Carmen y Karola espeeando a una Aida que no llegaba nunca ddelante de la Apple Store. Despues de media hora decidí bajar a bajo a pillar wifi, pero no habia señales de Vida de Aïda. Así que me iba a ir cuando un grito, un inconfundible grito emotivo que decia "Ireneeeeeeeee!!!!!!!" Sonó de la nada. Eran las venezolanas, estaban justo allí, en aquel mismo momento, Porque la vida es así. La vida es rara y curiosay hace este tipo de cosas. Nosotras lloramos, gritamos y saltamos, y toda la Apple Store nos Miraba con la boca abierta. (No sabían que esto solo era el principio).
Nos íbamos a ir cuando en las escaleras aparece Aïda, que aunque vive en Girona, la he conocido en Menorca, nos reencontramos el año pasado en su semana en NY y duranteun aaño no nos hemos visto, hasta volver aquí. Todas hemos cumplido nuestro sueño, aunque todas tenemos menos dinero hemos ahorrado, y ahora estamso aquí, por lo visto dispuestas a darlo todo, cada tarde y noche.
Después de un Monday de destruction total, UN martes de tranquis que terminó para mi a las tres, ayer miércoles fuimos a parar a un bar donde solo habian chicos que salian de trabajar de sus respectivas empresas, con ganas de beber y de invitarnos a beber, no sin antes hacer sus apuestas. Así que acabamos jugando a quien es el más rapido bebiendo, y si ganaba nuestro equipo nos invitaban. Por supuesto perdimos, pero nos invitaron igual.
Acabamos drunk again, y cenando una bolsa de doritos rojos para recordar viejos tiempos, pero a la vez para crear otros, nuevos e inolvidables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario