sábado, 26 de septiembre de 2015

La estantería de los libros empezados

Dos amigas, una tarde de domingo. Casa de A. 
(A come brownie)
A - ¿Te has preguntado alguna vez como sería tu vida si te gustaran las nueces?
B – ¿Sabes? Hoy he estado tirando todas las revistas viejas, no sé porque las guardaba. Bueno, supongo que era mi yo adolescente que no las quería tirar. Que estúpida, criando polvo. ¿Qué pensaba? Poco después de leer esas revistas descubrimos el sexo y las pobres pasaron al cajón del olvido.
A – Si te gustaran las nueces podrías probar mi brownie y descubrirías que hay algo mejor que el sexo.
B – Para mi yo adolescente igual había algo mejor que el sexo, lo siento, tu yo presente llega tarde.
A – Igual te encantarían las nueces y el chocolate te daría nauseas, porque la vida siempre te da una de cal y otra de arena…
B – ¿No crees que últimamente a mí solo me da una de arena detrás de otra? Te juro que estoy por empezar a construir castillos.
A - ¿Por Marcos?
B – Por Javi, por Marcos, por Carlos…
A – Es que hija, no puedes focalizar en tantos y pretender que algo vaya bien.
B – Prefiero focalizar en muchos que focalizar en uno y cagarla por completo
A - En uno que no es Javi, ni Marcos ni Carlos.
B - Exacto.
(Se ríen)
A – A veces, las cosas cambian, dan un giro, cuando menos te lo esperas todo empieza a girar como una noria y de repente… ¡zas! Él te quiere pero tú ya no le quieres, te ofrecen el trabajo que morías por tener pero te ha salido uno que ahora te gusta más,  tienes dinero pero ya no te apetece viajar lejos…
B – ¡Eh! No te equivoques, siempre me apetece viajar lejos. Lejos de mi propia vida. Coger un avión hacía ninguna parte...
A - ¿Y por qué no coger un avión hacía una vida nueva?
B – Mira, eso, quizá, sí que es mejor que el sexo. ¿Lo has probado?
A – No, ni creo que lo haga, estoy muy bien aquí, estoy feliz con Pol.
B – Pues guarda provisiones.
A - ¿De brownie?
B – De felicidad, para cuando llegue el giro. Te llenarás de toneladas de arena y querrás coger aviones.
A –  Joder, que simpática ¿Toda esta melancolía que arrastras hoy es solo por tirar las revistas?
B – Creo que sí. Ha sido raro. Al cogerlas, olerlas, ver aquellas páginas viejas… he sentido como si me invadieran oleadas de recuerdos.
A – Los recuerdos no son fáciles de digerir. Deberías probar otra cosa.
B- Si me hicieras brownie sin nueces, a lo mejor podría intentarlo.
A – Si vienes sin avisar no pidas más que mi presencia, guapa.
B – Los recuerdos me han golpeado los sentimientos.
A – Yo siempre he tirado las cosas a tiempo, no guardo nada. No puedes ordenar una vez cada quinientos años, luego te pasan estas cosas…
B – Bueno, como todo tiene sus pros y sus contras.
A – A ver…
B – Cuando se remueve mi mundo interior, me lleno de ganas de vivir.
A – Para tu información, nunca has dejado de estar viva.
B – De vivir cosas nuevas, o cosas que quizá quedaron a medio vivir. Como esos libros que nunca terminaste y quedaron a medias, con un punto de libro antiguo o quizá una simple página medio doblada…
A – Yo siempre acabo lo que empiezo. ¿Será cosa del horóscopo?
B – Déjate de horóscopos…
A – Limpiar tu casa es pura terapia ¿no?
B – Bueno. Me ha hecho pensar que esos libros son como la propia vida, tienen capítulos interrumpidos que están allí, porque jamás se han terminado. Están esperando a que los coja y los lea... Los he colocado todos en una estantería.
A - ¿Y los vas a leer?
B – No lo sé. Quizá sí, quizá no. Llenan la estantería de magia. Historias que quizá no se acabarán nunca.
A – Pues yo creo que como no las acabas, no empiezan de nuevas.
B – Ahora no sé si hablas de mis libros o de la vida real.
A – Tu mundo imaginario es el ejemplo más claro de ti misma… Enfréntate a esa estantería y empieza a acabar de leerlos, uno a uno. Disfrutarás más de los nuevos capítulos. Y ahora, me voy a buscar algo para que comas tu también y digieras tanta tontería.
A se levanta
B – Oye, aunque llegue el giro ese y tú quieras coger aviones y yo no, siempre nos tendremos la una a la otra ¿verdad?
A - ¿Te has preguntado alguna vez como sería tu vida si nunca nos hubiéramos conocido?

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