Todo empezó desayunando un
¿Que pasa? Era jueves y los jueves empieza el fin de semana.
No,
Para celebrar todo esto ayer me reuní con Bea y Carmen, las jerezanas, con Bea nos hemos visto bastante, con Carmen hacia como siete años que no nos veíamos. Allí estaban, tan felices y divertidas como siempre, dispuestas a llevarnos a mis compis y a mi a un Afterwork.
¡Dios! ¡¡cuando oí esa palabra!!
Todos los jueves en New York con las venezolanas queríamos ir a afterworks, ¡todos! Sobretodo el de Bryan Park, porque sabíamos que quizá allí estaría el "hombre trajeado de nuestra vida" bebiendo copitas de vino blanco; porque sí, nos encantan los hombres trajeados bebiendo vino blanco.
Ayer esto nos daba igual, solo queríamos unas cañitas, vernos, hablar, bailar...¡y acabamos en un local taaaaaaaaan genial! (Ahora diréis, Irene, todo te parece genial) pero no, esa música...ese ambiente...ese "todo"...fue un "afterwork" de pies a cabeza.
Tanto que el final de esta historia nos trae de nuevo al ibuprofeno de hoy.
Y con esta entrada concluyo: llevo una semana y aún no he visto Madrid.
Pero tengo taaaaaaaaaaanto tiempo.........
P.D. El pájaro no se calla nunca, alomejor cuando Constantino llegue
P.P.D. Ayer Cristian llegó con una sorpresa en una bolsa. Yo le dije "espero que no sean donuts ni cruasanes ni nada de esto..." cuando destapó la bolsa era una caja llena de grillos para que su lagarto de la cueva pueda alimentarse. Le dio un par y ha escondido el taper con grillos por la casa, he soñado que los grillos me atacaban, tengo algo de miedo.
ÉL: Hola. ¿Qué comes?
ResponderEliminarELLA: Grillos.
ÉL: ¿¡Qué!?
ELLA: No pongas esa cara de asco. Que están fritos.
ÉL: Mucho mejor, dónde va a parar.
ELLA: Si no me hubieras asustado tanto con ellos no me los tendría que comer.
ÉL: ¿Perdona?
ELLA: Leí en una revista que alguien muy listo dijo que para superar tus miedos tenías que comértelos.
ÉL: Dudo que lo dijera de forma literal...
ELLA: Además, la peli de ayer también lo decía.
ÉL: No. Decían que cuando comes carne ingieres todo el miedo que sintió el animal. Además de que eso es una gilipollez, no es lo mismo.
ELLA: Sí. Sí lo es.
ÉL: No. Tú comes carne porque te gusta, no porque te den miedo las vacas... ¿o si?
ELLA: ¡Qué pasa! ¿A ti no te da grima esa lengua tan grande colgando?
ÉL (desistiendo): Anda ven. Dame un abrazo. Si te quiero igual...